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No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que procede de Dios. Si tenemos vida, es porque Él vive, y si tenemos la puerta abierta hacia la eternidad, es porque Él la abrió con su sangre derramada en la cruz. Esta obra redentora, que para algunos puede parecer locura, es en realidad el poder de Dios para quienes creemos en Él.
No existe otro nombre dado a los seres humanos por el cual podamos ser salvos; Jesús es el camino, la verdad y la vida. Solo podemos acercarnos a Dios a través de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. La salvación está al alcance de tu corazón, porque el reino de Dios se ha acercado. Su mano poderosa está extendida para todo aquel que le busque con sinceridad y humildad.
Reflexionemos sobre nuestra forma de vivir y volvamos al autor y consumador de la vida. "Despiértate, tú que duermes, y Cristo te alumbrará." Aunque tus pecados fueran como el carmesí, serán hechos blancos como la lana.
Te bendecimos y oramos para que el Señor Jesucristo te guarde y bendiga.